Hoy es mi último día en Beijing y no quería marcharme sin hacer un miniresumen de mi estancia.
¿Cómo resumir este año? No estoy muy inspirada y no cuento con mucho tiempo (tengo que tener todo listo para las 5 como tarde y todavía tengo que meter cosas en la maleta...soy un desastre).
Cuando llegué a Beijing, me encontraba perdida en todos los sentidos. Ha pasado un año ya y he de decir (sin ponerme moñas) que me he encontrado a mi misma. Y es que, vivir solo en un país extraño te ayuda, principalmente, a madurar como persona (vamos, que he espabilado de lo lindo). En este año he aprendido a valorar ( mucho más de lo que lo hacía) todo lo que tengo y, no solo lo que tengo, sino también lo que no tengo. He conocido gente buena, buenísima, mala y, por suerte, no malísima. He tenido buenos y malos momentos. Me han llamado "laowai" muchas veces en mi cara, pero otras muchas me han dicho que soy muy guapa (ojos grandes, ya sabéis, en España volveré a ser un trasgo XD). He aprendido a decir que no. He aprendido a valorar muchísimo ese país del que tanto nos quejamos últimamente....De verdad, no sabéis la suerte que tenemos...He aprendido que se puede entablar una amistad aunque no se intercambie ni una sola palabra.
He visitado bastantes lugares, aunque no todos los que me hubiese gustado. He tenido la oportunidad de visitar 2 orfanatos en Beijing (uno de mis objetivos antes de venir) y hacer felices a los niños por unas horas.
Me he enamorado de los parques y de los ancianos que matan las horas en ellos. He hecho muy buenos amigos españoles, han sido mi familia en Beijing y les agradezco mucho su perseverancia por sacarme de casa y salir por ahí a tomar algo, jugar a las cartas...y, mediante bromas y risas, hacerme olvidar lo que echaba de menos España; muchas gracias chicos!. He hecho también muy buenos amigos chinos, a los que agradezco muchísimo su paciencia y comprensión. Ya saben que esté donde esté el año que viene, tienen las puertas de mi casa abiertas.
Cosas que no voy a echar tanto de menos.....mmmmm: los escupitajos de los chinos en el suelo (sigo sin acostumbrarme), la contaminación (creo que me ha restado años de vida), el tráfico (he sobrevivido, pero no canto victoria hasta que llegue al aeropuerto), los baños (cuando llegue a España abrazaré el wc de mi casa), las vendedoras que te timan (las odio...mucho!), la inseguridad alimentaria, el no poder beber agua del grifo, a los de la agencia inmobiliaria (a esos...mejor no os digo que les haría..bueno si, como se dice en mi tierra "retorcerles el pescuezo lentamente"), a la casera hipócrita, a las vendedoras que te persiguen por la tienda en plan las gaviotas en la peli de Nemo "Mio, mio,mio,mio"....
Seguro que me dejo muchas cosas en el tintero pero, en líneas generales, ha sido un año muy satisfactorio y una buena oportunidad para conocer gente y conocer mundo.
Sin más, me despido de vosotros; pero, no es un adiós, es un hasta luego. Últimamente no he tenido tiempo y no he podido escribir, pero todavía hay mucho que contar. Por ese motivo, seguiré escribiendo desde España y compartiendo con vosotros todas mis experiencias en China.
En fin, pongamos que hablo de 北京
Nos vemos pronto.
La niña del Colacao