Hace como cosa de un mes y algo, viajé con mis amigos a la ciudad de Datong (大同).
Datong es una ciudad china situada al norte de la provincia de Shanxi, conocida por el nombre de "Ciudad del Carbón" (ya que cuenta con una de las principales reservas de carbón que alimentan y aportan energía a las calderas de todo el país).
¿Cuál es el problema de esta ciudad?, ¿lo adivináis? Exacto, la contaminación. Datong es una de las ciudades más contaminadas de China. Nada más bajarnos del tren pudimos darnos cuenta de que, a pesar de "estar acostumbrados" al aire contaminado de Beijing, lo de Datong nos venía un poco grande (o al menos a mi persona).
Llegamos en tren de noche, a eso de las 22:00, si mal no recuerdo.
aparecimos en una estación rodeada de taxis (en su mayoría ilegales) que esperaban a la puerta cual buitre carroñero. Tras elegir uno de ellos, nos dirigimos a nuestro hostel, en pleno casco histórico de la ciudad.
Para que os hagáis una idea, estábamos junto a dos templos, una mezquita y el muro de los dragones.
Foto nada más llegar, mochilón incluido.
Puerta de acceso a la zona en la que estaba nuestro Hostel
Estatuas de restaurante cercano al Hostel
La calle de nuestro Hostel.
Antes de contaros qué sitios se pueden visitar en esta ciudad, os contaré una anécdota que nos pasó nada más llegar y que, en mi humilde opinión, al final resultó hasta divertida (lo siento Rocío, pero estas cosas hay que contarlas ;) ).
Y es que, nada más llegar al Hostel, una de mis compañeras de viaje se dió cuenta de que había perdido el pasaporte... Así fue como comenzó nuestra aventura en la ciudad de Datong.
Lo primero que pensamos fue...lo hemos perdido por el camino, pero no era así; pronto deducimos que debió olvidárselo en el taxi que nos había llevado al hostel ¿problema? : era ilegal (o eso parecía), no sabíamos ni de qué color era y ella la semana siguiente debía viajar por cuestiones de trabajo a latinoamérica...vamos, lo que viene siendo un marrón del 15!
Regresamos a la estación con la esperanza de encontrar al taxista en cuestión, pero fue como buscar una aguja en un pajar.
A la mañana siguiente, nos dirigimos a la central de los taxis.
Y claro.... con nuestro chino de Harvard explicándole a la chica lo que nos había pasado...pero, evidentemente, sin saber, el color, la matrícula ni ningún dato más poco podían hacer por nosotros. Les pedimos por favor que comunicasen por el radiotaxi lo sucedido para poder dar con el susodicho taxista (ese que bien podía estar en su casa tan tranquilo viendo el fútbol), aunque no estábamos muy convencidos de que sirviese de algo. Desde esta oficina nos enviaron a una oficina de policía. Por el camino, en otro taxi, el taxista nos dijo "¿habéis perdido un pasaporte español? lo han encontrado". Nosotros con toda la ilusión del mundo corrimos por los pasillos de la comisaría en busca de nuestras compañeras y su pasaporte:
(por cierto, si os fijáis en la foto... "sala de espera para interrogatorio", "sala de interrogatorio 1" etc... el panorama no era muy alentador) .
Pero, muy lejos de lo esperado, cuando llegamos, no había ni rastro del pasaporte. Lo único que encontramos fueron tres policías que parecían haber salido de un cómic de Ibáñez. Dichos policías, parecían estar más interesados en charlar con nosotros que en ayudarnos. Nos preguntaron que de dónde éramos, nos ofrecieron tabaco... y hasta ligaron conmigo....vamos, una situación de lo más surrealista.
A pesar de todo, nos dijeron que fuésemos a la oficina de policía que se encargaba de "los asuntos de extranjeros" a eso de las 13:30.
Como teníamos tiempo de sobra, nos acercamos a uno de los templos que teníamos justo al lado del Hostel.
Después de esto, nos dirigimos a la comisaría indicada y ¡sorpresa! once pisos sin ascensor... la mar serena! Por fin llegamos arriba y un cartel fatídico aparece ante nuestros ojos, estaba cerrado. Empezamos a desesperarnos y, cuando ya nos marchábamos, a mi compañero se le ocurrió llamar a la puerta (y menos mal!), al momento apareció una señora que nos dijo "os estaba esperando".
Y, efectivamente, ¡tenía el pasaporte !
Y este fue el fin de nuestra gymkana en Datong :).
Al salir de la comisaría, como ya nos quedaba poco tiempo, visitamos la mezquita del barrio.
A pesar de toda esta aventura, los lugares más bonitos y de visita obligada aún estaban por llegar:
las grutas de Yungang y el Monasterio colgante.
Las cuevas de Yungang, Patrimonio de la Humanidad desde 2001, constituyen una visita obligada en la provincia de Shanxi. Se trata de uno de los mejores ejemplos de arquitectura y escultura budista de China. Se sitúan a unos 14 kilómetros de la ciudad y suman en total unas 53 grutas. Puede irse perfectamente en autobús, se recomienda preguntar en el hotel ya que suelen tener folletos con itinerarios marcados.
El precio de la entrada son unos 75元 con descuento de estudiante (no recuerdo el precio turista), pero merece la pena pagar.
La verdad es que este lugar me pareció una auténtica pasada...Lo requeterecomiendo!
Otro lugar que recomiendo en la visita a Datong es el Monasterio Colgante. Este monasterio está a unos 63 kilómetros de la ciudad y es de difícil acceso (al menos este año) puesto que la vía de acceso principal se encuentra en obras y en la carretera secundaria los camiones y vehículos de mercancía se agolpan generando interminables atascos (que nos lo digan a nosotros, como 2 horas y media atrapados! ).
Su construcción se remonta 1500 años atrás y es especialmente conocido por 2 de sus características: su extraña ubicación (lo que viene siendo un barranco) y su estructura de madera.
Como podéis ver es una auténtica maravilla. Eso sí, no os voy a mentir, tiene tres pegas muy gordas:
1- No es apto para personas con vértigo (se encuentra a bastante distancia del suelo y la sensación de peligro es bastante mayor cuando te percartas de que el suelo se mueve bajo tus pies).
2- El precio de la entrada: son casi 20 euros por persona (la mitad siendo estudiante, y menos mal jaja).
3- El problema a la hora de regresar a la ciudad: taxis ilegales compinchados con autobuses...mucho trapicheo, mucho ojo con estas cosas!.
Y ahora un pequeño reportaje de lo que nos encontramos por las calles de Datong:
Hombre transportando agua, a la antigua usanza.
Ofrendas para quemar y ofrecer en el día de los difuntos.
Hombre sentado en la puerta de un templo.
Invidente pidiendo limosna.
Foto de recuerdo de una boda.
Baño público junto a viviendas semidestruidas.
Adivino simpático.
Robado a monje tímido 1
Robado a monje tímido 2
Adivino con mucho estilo
Más de lo mismo.... hay que ver la cantidad de puestos callejeros de este estilo que había, y todos concentrados en una calle.
Rincón de Datong.
Callejuela
Una manera un tanto peculiar de hacer arroz inflado.
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